sábado, 11 de agosto de 2012

Cronicas del dia Z # 5

"Las crónicas del día Z"

(5ta. Parte)

Los cuatro jinetes cabalgaron sobre su caballo de acero. Omar, Giovanni, Máximo y Meli sobrevivieron... por ahora... ellos comprobaron que trabajar en equipo aporta al menos una ventaja, no peleas solo.

Pero hay otros que han sido abrumados por sus propios temores.

El ser humano es social por naturaleza, necesita estar rodeado de sus semejantes, necesita escuchar y ser escuchado por los de su especie, pero, ¿que pasaría si un hombre quedara aislado? ¿Si tuviera que luchar y vivir totalmente solo? Un moderno Robinson Crussoe rodeado, no de mar, sino de muerte putrefacta.¿Cuanto soportaría antes de derrumbarse? ¿Cuanto tiempo esperaría? ¿Que sentiría si supiera que su única salvación para esa interminable soledad está en la muerte? No todos los destellos son de esperanza en este mundo de no muertos.

"UN DESTELLO"

-Un brindis... por aquellos días, por la libertad de andar por la calle con tu familia... ¡chingaos!... Un brindis por la familia... por tener esposa, hijos, hijas... ¡Un perro! ¡Maldita sea!
Juan sostenía una botella en la mano derecha. Estaba tumbado en el suelo, recargado en la pared, viendo la luz filtrarse por una ventana del almacén. Se había "acuartelado" durante 78 días desde que inició la plaga, esperando que la situación mejorara. Pero, ya era 27 de noviembre, y el mundo se había ido al garete.
-Él ejército, la marina, la fuerza aérea... todos están muertos. Si acaso aún queda alguien vivo debe estar rascándose el trasero en algún recóndito lugar, aislado de toda civilización, alejado de todo pueblo, lejos, muy lejos de... de mi...
Juan lloraba al recordarlos. Tal vez por el efecto del alcohol, tal vez ya había llegado a su límite, lo cierto es que ese día se sentía especialmente sensible, estaba solo... solo y sin esperanzas de que eso cambiara.
Juan era médico, con especialidad en Oncología, se había graduado de la Universidad Autónoma de México hace 10 años, había trabajado en grandes hospitales, tanto de Europa, como de Estados Unidos, luego había estado trabajando en un hospital del Distrito Federal, y eventualmente, daba conferencias en la UNAM. Era casado, y tenía dos hijas, vivía en el Distrito Federal y era muy apreciado en el hospital. Tenía la vida que siempre había soñado. Recordar eso lo hacía llorar.
A sus manos llegaron los primeros informes y expedientes de los infectados por aquella extraña enfermedad. La especialidad de Juan eran los tipos de Cáncer y el mejor modo de tratarlos, pero tenía los conocimientos de medicina básica que cualquier buen médico debe tener y el respeto de la asociación mexicana de medicina, así que sus colegas le enviaron los expedientes, para conocer su opinión. Juan sabía que con las enfermedades nuevas, puede haber cosas raras, pero lo que estaba presenciando, ofendía a toda lógica. De momento los síntomas eran desconcertantes: "Delirio, agresividad extrema, perdida de la coordinación motriz"; pero al examinarlos bien, dejaban de ser extraños para convertirse en inexplicables.
Nombre: Eleazar Martines HuertaEdad: 35 añosSexo: MasculinoEstatura: 1.74mPeso: 76 Kg.Procedencia: Matamoros, Tamaulipas.Diagnóstico: Infección severa.Observaciones y Síntomas: El Paciente fue atacado mientras caminaba por la calle, fue mordido en hombro y mano por otro individuo hasta ahora desconocido. En el hombro presenta lesiones severas, desgarro de ligamentos, y raspados en el hueso, al parecer producidos por la dentadura del desconocido, en la mano, hay pérdida parcial de tejido y músculo y las heridas coinciden con las marcas del hombro, suponiéndose que también son mordidas. El ataque ocurrió el día 8 de septiembre entre las 10:50 y 11:10 de la mañana, el paciente fue recibido en el hospital el mismo día a las 11:45 am y ya presentaba una necrosis severa y comenzaba a gangrenarse la herida, presentaba hemorragias masivas, y fiebre de 38.5 grados centígrados. Fue atendido de urgencia y se le declaró muerto a las 2:27 pm, apenas 3 horas después del ataque. Cuatro minutos después, el cuerpo comenzó con una serie de convulsiones severas. Fue examinado por el Doctor Ernesto Rendón quien dio fe de que de verdad estaba muerto. Nueve minutos después de que fue declarada la muerte, el paciente se incorporó presentando los síntomas de la enfermedad, hasta ahora desconocida, que afecta a Estados Unidos, Portugal, España e Inglaterra. El paciente fue sometido luego de atacar al Médico Ernesto Rendón.
Los pacientes variaban en el periodo de desarrollo de los síntomas, incluso en situaciones similares.
Nombre: Ernesto Rendón AranzaEdad: 42 añosSexo: MasculinoEstatura: 1.67mPeso: 74 Kg.Procedencia: Matamoros, Tamaulipas.Diagnóstico: Infección severa.Observaciones y Síntomas: Médico atacado por uno de sus pacientes, al parecer el paciente estaba infectado por la enfermedad que está propagándose en Estados Unidos desde el día dos del presente mes. El paciente estuvo en observación desde el momento de la mordida y sin embargo al principio no mostró ningún síntoma significativo. La herida se inflamó y comenzó a supurar. El sangrado se detuvo por coagulación normal de la sangre. Seis horas después del contagio, el Médico se quejó de ligero dolor muscular en el apéndice expuesto. A las 3:26 am, aproximadamente 13 horas después del contagio, su temperatura corporal comenzó a elevarse muy por encima del estándar de infecciones comunes, 45 grados centígrados. El paciente comenzó a tener hemorragias severas por todos los orificios y conductos, además presentó una serie de convulsiones violentas. Finalmente, se le declaró muerto a las 4:12 am. Con casi cuarenta minutos de dolorosa agonía. Sin embargo, luego de apenas un minuto, el Doctor Rendón se levantó presentado el cuadro clásico de "delirio y agresividad" que presentan todos los pacientes infectados con la enfermedad.
Cualquiera podría pensar que se trata de un virus, o de una bacteria que afecta a los que fueron expuestos directamente a ella. Pero eso solo existe en la ciencia ficción, pero en el mundo real, los muertos no pueden volver a la vida. ¿Por que la necrosis en tan poco tiempo en uno, y en el otro, ni siquiera apareció? ¿Por que en uno la gangrena acompañada de hemorragias, y en el otro, hemorragias hasta medio día después? ¿Por que deliraban y atacaban? ¿Problemas neurológicos a raíz de un virus? ¿será una variante de la rabia?
Juan seguía repasando en su mente todos los análisis clínicos y todos los expedientes médicos de los pacientes, al menos, todos los que llegaron a sus manos. Médicos especialistas en enfermedades infecciosas no sabían que podía estar ocurriendo. De momento, parecía que se trataba de una fiebre hemorrágica, pero ninguna de esas fiebres causaba la última manifestación de los síntomas, la agresividad.
-Por si esto fuera poco, esos síntomas se presentaban luego de que se declarara la muerte del paciente. Pero eso no puede ser posible, el cerebro no puede vivir sin oxígeno, se necesita que el individuo respire, y que su corazón bombee la sangre.
Pero Juan tenía que admitirlo, él mismo comprobó que las funciones de verdad habían cesado.
Dio otro trago a su botella y comenzó a recordar los días siguientes, cuando la enfermedad se fue extendiendo por todo el país...
-Luego, en apenas dos días, la situación se salió de control en la ciudad de México y el distrito federal. Las grandes urbes, jajaja, grandes trampas mortales, con su aglomeración de masas... muchos cuerpos idóneos para incubar la enfermedad...
Juan podía resumir en su mente las formas de contagio.
-Modo de contagio... directo... una mordedura de un infectado... digo, en realidad podría ser por cualquier otro fluido, o una transfusión, pero dudo mucho que alguien que acaba de ser mordido por un lunático en la calle vaya a su casa como si nada a coger con su mujer... o al hospital a donar sangre... si, ya me imagino... el idiota dirá: "perdí como tres litros de sangre cuando me atacó aquel vagabundo, pero sáqueme otro, aun aguanto"...
El chiste murió rápido.
Juan dio otro trago a la botella y comenzó a recordar aún más. Recordó como el diez de septiembre se declaró en la ciudad de México el estado de emergencia. Había grupos de infectados recorriendo las calles. A juzgar por la velocidad de propagación, debieron tomar la república en unos 7 días. Dio otro trago, y se quedó mirando al techo.
El 11 de septiembre, él y un grupo de colegas junto con sus familias, fueron conducidos por elementos del ejército hasta una base militar en Cuernavaca. Fueron recibidos por el mismo presidente de la República quien les dijo que fueron elegidos por su reputación cada uno en su área y otras tonterías de esas... presentó informes de otros países, expedientes variados, y una instalación con lo mejor en equipo para que pudieran decirle, que estaba pasando...
Toda la noche de pruebas, solo arrojaron un resultado... los infectados, en realidad estaban muertos...La noticia corrió a cadena nacional el día siguiente, y las pruebas continuaron varios días hasta que la misma base sucumbió ante el ataque de los infectados.
El martes 23 de septiembre, murieron sus colegas, murieron los soldados, murió el presidente... murieron su esposa e hijas...-¡Carmen!¡Por favor perdóname Carmen!... Juan lloraba por su esposa, por que había muerto protegiendo a sus hijas, Rosa y Bibiana... cuando supo que los infectados habían roto el perímetro, salió corriendo del laboratorio en dirección al campamento, pero la vaya había sido penetrada tras el campamento, los infectados llegaron primero... Para cuando Juan llegó, vio a sus pequeñas siendo despedazadas, y a su esposa, mostrando los síntomas de la activación de las células cerebrales, las convulsiones ya habían empezado. Corrió nuevamente hasta los cuarteles, a través de los soldados y grupos de contingencia que venían en sentido contrario a detener el avance de las criaturas. Cuando los disparos comenzaron, se detuvo un momento y reflexionó en algo. Su esposa e hijas se iban a levantar, y tal como a los invasores, les esperaba una bala en la cabeza y luego la incineración masiva con el resto de los cuerpos...
Juan cedió a las lágrimas, lloraba cada vez que recordaba esa escena en su mente. Bebió más de la botella y regresó a sus memorias...Recordó como, junto con Román García, un virólogo español que trabajaba en México, escaparon hacia los almacenes de la base y se encerraron ahí. Había de todo, mucha comida, agua, armamento, equipo de telecomunicaciones; incluso en una caseta había varias camas plegables, un par de televisiones y un radio.
Los disparos tras la puerta duraron horas, pero era claramente perceptible que cada minuto eran menos. Pudo ver al presidente, rodeado de sus escoltas, corriendo en dirección al helicóptero, poco antes de percatarse que otro grupo de no muertos venía en sentido contrario desde la nave. Los zombies rompieron las defensas de la manera habitual y mataron a todos...
Juan permaneció en silencio, llorando por la muerte de su familia. Román aclaró que su familia aun estaba en España, en Toledo, en un refugio. Ahí estarían a salvo, eso lo tranquilizaba.Poco a poco, al pasar los días, Juan se fue resignando, pero las tragedias se asimilan diferente en cada persona.La televisión les hizo saber que ya no quedaba nada en el mundo como ellos lo conocían. Terminales nucleares derramaban su contenido por falta de mantenimiento. Refugios masivos de civiles convertidos en panteones colectivos con muertos ambulantes. Nada de información de Estados Unidos, China, o Portugal en 48 horas, nadie mandaba un solo reporte, no quedaba nadie vivo...
Cuando el último cronista vivo de la televisión mexicana dijo que habían caído los últimos refugios de Venezuela y España, Román salió de la caseta silencioso y apretando los puños. Juan lo encontró colgado de una de las vigas un rato después. Juan viendo a Román colgado, contempló para si mismo la idea de suicidarse, estaba solo, y así estuvo por casi dos meses.
Juan habituó su vida para soportar la presión de la soledad. Ordenó las cosas que encontró en el almacén de la forma más parecida que pudo a una casa, encontró un libro en el almacén, y de ahí tomó varias ideas, "Soy leyenda" de Richard Matheson.Juan pensaba en lo parecida que era su situación con la del personaje del libro, un hombre que pierde a su mujer y su hija infectadas de la plaga, y que se acuartela en una casa que cada noche se rodea de vampiros. Al menos Neville podía salir de día y matar con estacas a sus cazadores.
Juan recordó como armó un laboratorio para poder continuar investigando las posibles causas del virus, desarrolló experimentos para conocer el origen de tan curiosa situación.
Con las armas que tenía en el almacén, "atrapó" a varios no muertos. Lisiándolos o segmentándolos a tiros, luego, con sumo cuidado los metía al almacén y revisaba parte por parte sus teorías. Puesto que las puertas del almacén eran firmes, aunque escuchaban los disparos, y lo seguían, los demás no muertos no podían entrar. Dentro, convirtió su improvisado laboratorio en una auténtica morgue.
"Atrapaba" solo los especimenes que alguna vez fueron varones, las mujeres y las niñas siempre le traían malos recuerdos, en cuanto a los niños, le parecía demasiado grotesco experimentar con ellos. Revisaba sus heridas, abría sus cráneos, casi siempre se deshacía de sus "capturas" luego de meterles un plomo en la cabeza. Aunque sus experimentos parecían crueles e inhumanos, en realidad aportaron grandes conocimientos a Juan. -Los cuadros clínicos en los pacientes eran tan variables, como podían serlo las heridas. Por ejemplo, si a una persona lo mordía un infectado que llevara varios días de muerto, moría más rápido que uno que hubiese sido atacado por un recién infectado. También influía que tan cerca de una arteria o vena importante hubiera sido la herida. ¿Por que?Que te muerda un cadáver no es cualquier cosa. Aunque la putrefacción se ralentiza, no se detiene totalmente, así que cuando te muerde. Además de meter en tu organismo el virus, el no muerto que ya empezó a pudrirse te inyecta un cóctel de bacterias, lo que produce la necrosis y la gangrena. Si te muerde un no muerto putrefacto, te mata más rápido la infección por su pútrida saliva, no por el virus, también por eso, tarda más en levantarse aquel que ha muerto tan rápido, por que el virus aun tiene que llegar al cerebro, pero ya no lo hace por el torrente sanguíneo, sino como un veneno. vía muscular.Eso último era lo mismo que ocurría con aquellos que morían durante el ataque, tardaban un poco más en levantarse pues el virus debía llegar al cerebro sin usar el torrente sanguíneo.
Pero, en otro caso, si te muerde un recién infectado, y puedes escapar, tienes entre 10 y 15 horas para despedirte de tu familia, o infectar con tu saliva a tus parientes, puesto que es el periodo de incubación que tarda un virus como este en incubar. Luego, se producían fiebres severas, al tratar de combatir al virus, quien a su vez, provocaba las hemorragias, en realidad, se parecía mucho al virus del ébola, literalmente, licuaba por dentro al infectado, pero no tenía el equipo necesario para tener una imagen del virus, por lo que no podía agruparlo de la manera correcta.
Toda la información que tenía la había obtenido por medio del examen minucioso de sus especimenes.
También le habría gustado analizar con un escáner CT el cerebro de uno de los infectados, para poder darse una idea de que tan activo estaba. Es cierto que aunque no tenían conciencia, debería tener encendidas al menos los lóbulos encargados de las funciones motrices. En cuanto a modo de localización de las presas. Juan tenía una teoría. Los no muertos parecían tener la capacidad de escuchar los latidos del corazón. Lo comprobó ofreciéndoles dos ratas aun no muerto que estaba tras el almacén. Una de las ratas estaba muerta, la otra sedada. La sedada la dejó inmóvil, pero la muerta la amarró de la cola y la movía desde una distancia prudente halando el cordel. El no muerto fue directamente contra la rata sedada. Con este experimento Juan respaldaba su teoría. Según él, debido a que el cerebro de los no muertos ha dejado de funcionar de la manera apropiada, las neuronas buscan desesperadamente los impulsos eléctricos que las comunican con otras neuronas, el corazón de un ser vivo, manda una constante de impulsos eléctricos rítmicos cada vez que late, los cuales, percibidos por la anormalmente sensible masa encefálica de los no muertos, les servía para detectar a los vivos, tal como un tiburón martillo detecta a un pez herido. Claro, esa era solo una teoría.
Juan reaccionó en que nuevamente estaba hablando solo. Y divagaba, pero en realidad ya estaba borracho, hastiado de tener que ser razonable. -he estado jugando al razonable por casi 80 días. Y no me ha servido de nada...
Juan acercó a su boca la botella, y dio un gran trago, luego, se levantó trastabillante, y se fue hacia la puerta. -¿Existirá el cielo?... Tiene que existir... si el infierno existe, me consta que existe...Juan, otra vez cambió de dirección, y se fue hacia el almacén de armas, luego volvió a beber otro trago. Tomó una granada, y volvió a encaminarse a la puerta. -"Soy Leyenda", yo puedo decir lo mismo... Richard Matheson, amigo, espero conocerte en el cielo... ¡Chingaos!... espero que haya cielo, pero espero más que me dejen entrar...
Dio otro trago más a la botella
-Como me gustaba ese libro. Debo decir que Neville me agradaba más en el libro que en la película, pero, al menos en la cinta, pudo decidir cuando morir... Yo quiero hacer lo mismo... yo haré lo mismo... ya basta de estar solo, si hay cielo o si no, al menos ya no estaré solo más tiempo...
Abrió las puertas del almacén de par en par, levantó la botella, y gritó a todo pulmón:-¡Un brindis! ¡Por que al menos puedo decidir cuando quiero morir!
Juan quitó el seguro a la granada, la estrujó contra su pecho, y se quedó contemplando a los no muertos que caminaban por la explanada, y que ahora se dirigían hacia él mientras bebía lo que restaba del contenido de su botella.
5...Pensó por un momento que Carmen y las niñas tal vez aún estaban ahí, caminando sin vida.4...Pensó que en realidad ya no habría nadie que vería sus descubrimientos ni sus notas.3...Pensó que no importaba si hubiera hecho esto dentro de seis meses o hace 78 días, todo era vanidad. 2..Pensó que estaba solo, que tal vez era el último ser humano vivo en la tierra, pero no por mucho.1...En el último instante, entre los espacios que dejaban los no muertos que lo buscaban ansiosos, pudo ver corriendo en la calle, tras la valla, a una pareja, un joven empuñando una espada y halando por el brazo a una chica, un par de sobrevivientes. La cura que buscaba para su insoportable soledad. Seres humanos que aún hablaban, escuchaban, que aún luchaban por su vida y que aún tenían ánimos de vivir. Juan comprendió que en realidad no estaba solo, que pudo haber luchado, que pudo haberlo intentado. Pero ya era demasiado tarde. Por último, Juan solo vio un destello...

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