sábado, 11 de agosto de 2012

Cronicas del dia Z # 4.2

"LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS"
2do Interludio

Melissa, moría en preocupaciones, cada vez que llegaban a un pueblo o una ciudad como aquella, recordaba a su familia, y se imaginaba las calles de Barcelona desoladas por esta plaga.
-Debí quedarme allá, con ellos...
Se repetía a si misma eso cada día, cada hora...
A sus 16 años, ya era una chica muy hermosa, su piel clara, realzaba su negra cabellera. Era de nacionalidad Mexicana, pero vivía en Barcelona, había venido con sus abuelos a México, a "recordar sus raíces" según decían ellos, pero la situación real era otra, debido a la cantidad de ataques tan extraños que habían acontecido en diversos puntos del país, su padre, un policía consiente de lo peligrosa que podía ponerse la situación, la mandó a un lugar donde el consideraba estaría segura, México. Sin embargo, para cuando su vuelo arribó al aeropuerto internacional de la ciudad de México, aquella locura ya había empezado a llegar a cuenta gotas a esta ciudad también, y no tardó ni una semana en volverse un caos total la ciudad de México.

El 10 de septiembre, su abuela la levantó temprano, subieron al auto, y se fueron rumbo a Puebla de los Ángeles, la ciudad capital del estado del mismo nombre, un lugar donde se supone, aun estaba tranquila la situación debido al aislamiento de los casos. El abuelo de Meli no venía con ellas, pero eso no era lo único extraño, las casetas de cobro estaban vacías, no había nadie cobrando el peaje, llegaron a un hotel llamado "Posada", y decidieron ver las noticias y esperar a ver que buenas nuevas traían consigo, pero solo fueron empeorando las perspectivas, la ciudad de México había sido tomada por los salteadores, ya no era segura.

El 12 de septiembre fue el día en que se soltó la bomba, los muertos se están levantando y atacan con furia caníbal a los vivos.

Para el 18 de septiembre, las hordas de no muertos avanzaban incansables por las calles, ella podía ver con relativa seguridad la situación, escondida en un gran centro comercial, con otras 5 personas, entre esas su abuela y la vecina de esta, Ana, una mujer joven y de cuerpo escultural, como de veinte y algo, un tipo llamado Esteban, que trabajaba en esa misma Bodega, y otros dos de los que poco sabía, un par de hombres jóvenes llamados Carlos y Ernesto...

-Ese par de cerdos... se repetía a si misma Meli con estremecimiento...

Era un lugar seguro, al menos de los zombies, pero como pudo comprobar, los zombies no eran lo único repulsivo de aquellos lugares.

Al principio, la situación parecía simple. Carlos y Ernesto les hacían constantes insinuaciones a ella y a Ana, pero estas, solo se limitaban a ignorarlos, el que dos idiotas les dijeran tonterías era lo de menos. Luego de unos días, el acoso fue mas directo, el punto crítico pasó cuando uno de ellos dijo algunas obscenidades a Ana, luego, cuando uno de ellos tocó uno de sus pechos, ella le devolvió una bofetada, la situación se hacía tensa.

El acabose vino después, El 22 de septiembre cuando esos malditos, tomaron un par de machetes de la sección de herramientas, y mientras Meli, su Abuela, Ana y Esteban comían sus raciones en la planta alta, llegaron por atrás, mataron a Esteban a machetazos, y luego ahí, frente a sus ojos, violaron a Ana. La pobre gritaba, mientras esos cerdos la vejaban una y otra vez.

Cuando la dejaron, Ana estaba medio muerta, se retiraron un momento, pero luego regresaron con otras intenciones.

Ese par de imbéciles se disponían a violar a Meli también.

Su abuela trató de intervenir, pero la arrojaron con violencia contra la pared, mientras avanzaban con mirada de lobos hacia ella. Trató de correr, pero la sujetaron con fuerza, ella soltó a llorar sintiendo un autentico pánico por lo que le sucedería, justo cuando una voz sonó desde la puerta.
Voltearon y vieron a dos sujetos parados frente a ellos. Uno, como de treinta y algo vestido de militar, les apuntaba con un arma, mientras el otro, un tanto más joven, vestido de civil y empuñando una espada, el civil les ordenó que soltaran a Meli, la soltaron despacio mientras retrocedían con las manos arriba.
El sujeto de la espada, ayudó a la abuela de Meli a incorporarse, la cual, aunque adolorida, abrazó a Meli, que apenas y estaba saliendo del susto. Luego entre las dos, cubrieron con los jirones de su ropa a Ana, y la ayudaron a salir, la cual estaba en Shock, debido al trauma.
Cuando salieron, los desconocidos mataron a ambos bastardos ahí mismo.
Blasco...
Ese tal Blasco que había avanzado desde algún pueblo perdido de la sierra norte, hasta la capital, en busca de quien sabe quien... comentó con ellas como había salido de su pueblo, escapado del servicio militar obligatorio, mandado a su familia sola a un lugar que él creía que era seguro, y avanzado hasta la capital de su estado, como primera escala... toda una odisea, si tenemos en cuenta que lo hizo mientras sorteaba a los no muertos...
Militar, se había encontrado con él en una ciudad del trayecto de ambos, no muy lejos de la capital... El militar se llamaba Máximo, pero Blasco se refería a él simplemente por "Militar"... Este venía acompañado de su novia Arlenne, una chica de nombre Jolly, un joven llamado Ezequiel, y un tal David, a quienes que habían dejado escondidos en una casa cercana a la bodega, mientras ellos investigaban los gritos, que, según creían, provenían de alguien siendo atacado por los no muertos... al llegar al lugar, los gritos habían cesado, pero vieron en ese supermercado un lugar excelente para acuartelarse mientras pensaban en un plan, luego, cuando nuevos gritos surgieron, inmediatamente se dirigieron a su origen, y encontraron con que unos bastardos habían violado a una chica, he iban a abusar de otra.
Luego de salvarlas, el mismo militar se encargó de hacer justicia...
Pasaron tres días encerrados en el centro comercial. Los mismos gritos de Ana que habían atraído a Blasco y al Militar, y salvado a Meli, habían también atraído a centenares de esas cosas, que habían rodeado toda la bodega.
Blasco y Militar se habían encargado de deshacerse de los cuerpos, tanto de Esteban, como de Carlos y Ernesto... tres bolsas para basura fueron sacadas por una ventana del segundo piso... Los no muertos ni siquiera hicieron caso a su contenido, luego de acercarse a inspeccionar el ruido, siguieron en su constante ir y venir... al parecer solo les interesan los vivos...
Luego de esos tres días, los no muertos se alejaron poco a poco, en diferentes direcciones.
Ya era 25 de septiembre, y ocasionalmente aun se oían sonidos que revelaban la presencia de más sobrevivientes, cada vez más esporádicos y cada vez menos.
El día siguiente a su llegada, Blasco y Militar, instalaron una televisión de baterías, la conectaron a la antena parabólica, y lograron recibir señal de satélite. Mas de 170 canales muertos, emitiendo estática; dos, BBC y ABC con el logotipo de la cadena, y uno, CNN, con el sistema de emergencia activado, con una banda informativa en la parte inferior que ponía: "Fallen the shelters in Atlanta, Baltimore, Chicago, Colorado, Connecticut, Dallas, Denver, Detroit, Houston, Illinois, Los Ángeles, Nueva York, Miami, San Antonio, San Diego, Utah..." La lista era interminable, al igual que el número de muertos que cayeron ese día... y que luego se levantaron... Las hordas de no muertos se agrupaban alrededor de los refugios y simplemente arrollaban las defensas con su número... Blasco miraba impávido mientras en silencio esperaba que su familia hubiera llegado a tiempo a San Juan de Ulúa, según él, el último sitio que podría ser seguro en México... Meli por su parte, no derramó ni una lágrima, quedó boquiabierta por lo que veía... su abuelo, su familia en Barcelona, sus amigos, todos... que habrá sido de ellos... Máximo, solo se dedicó a agrupar víveres, y meterlos en mochilas, el ya no tenía nada que perder... Arlenne lloraba en silencio pensando en su familia, en que probablemente ya estaban vagando, por ahí... sin vida...
La abuela de Meli, por su parte, abrazaba a la pobre Ana, la cual, no había dicho una sola palabra después de su terrible experiencia... se estremecía involuntariamente cada vez que Blasco o el Militar se acercaban por algo... temblaba acurrucada en los brazos de la "abuela" como le llamaban todos de cariño, mientras veían por enésima vez aquel corte informativo grabado hace varios días, y que ahora parecía algo irreal: "No se acerque a los infectados, aun cuando sean familiares o amigos, no trate de hacer contacto con ellos, en caso de que sean atacados, trate de dar un golpe contundente a la cabeza, o destruir definitivamente el cerebro, si no hay actividad aun fuera de su casa, diríjase a los refugios del ejercito, si hay infectados en las inmediaciones, llame a los grupos de rescate..."
El mensaje se repetía interminable, y se perdía en el vacío.
El veintiséis de septiembre, Blasco y Militar, salieron del refugio a buscar a otras personas, habían logrado establecer comunicación con ellas vía celular, la corriente eléctrica calló hacía una semana, y los servicios telefónicos estaban bloqueados hacía dos. Pero los celulares seguían funcionando... Meli trató de llamar a su familia en Barcelona, pero no lo consiguió, las líneas estaban saturadas, luego de intentarlo por casi 6 horas, y cuando la batería del Celular estaba terminándose, logró marcar tono... pero nadie contestó... Meli únicamente apretó el mentón y trató de convencerse a si misma de que estaban bien, ellos estaban bien...
A pesar de las protestas de la Abuela, y de la preocupación de Arlenne, Máximo acompañó a Blasco a buscar a algunos de sus amigos, que estaban encerrados en la casa de Omar, uno de ellos. Se encontraban en una unidad habitacional de INFONAVIT de Puebla, no muy lejos de ese sitio.

El 27 de septiembre, el sonido de un vehículo sonó afuera de la bodega, tal vez el último vehículo que rodó por ese estacionamiento... Una vieja camioneta VAN, todos se apuraron a subir, y a llenar los espacios con comida de la bodega, Meli pudo notar que había otras cinco personas, pero Blasco no venía con ellos, al preguntarle a Militar, este le contestó que Blasco estaba ahora rumbo a Michoacán, atravesaría la república para ir a buscar a alguien. Probablemente moriría en el intento...

Ocho personas subieron a la VAN, y atravesaron la ciudad, observando panoramas desolados, sangre, y muerte por doquier, los zombies ahora pululaban en todos lados, cientos de pies trataban de seguir la VAN, el último vehículo que circularía por aquellas calles, tal vez, el último que circularía en toda la tierra. Catorce personas salieron de Puebla de los Ángeles, uno de ellos, en rumbo diferente.

Meli, después de ver la muerte de tan cerca, y casi comprobar que hay cosas peores que los zombies, ahora se había puesto un nuevo propósito en mente, el pasado no volvería, mejor dejar de pensar en él, y sobrevivir, en su mente, quedó grabada la fecha de su propósito:

-"28 de Septiembre, de día, los monstruos han tomado la ciudad, de alguna forma, sigo viva..."

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